El comentario que hizo uno de los compañeros de un hombre casado, propietario de un camión, me dejó muy cachondo y con unos deseos enormes de poder conocerle, ya que lo que dijo era que no le dejaban entrar en el prostíbulo por el tamaño de su polla; además cumplía todos los requisitos que a mi me gustaban de un hombre: gordo, peludo, con barba y maduro.
Yo tenía entonces 24 años y él 39, siempre que tenía ocasión le miraba, ya sea cuando pasaba con el camión o en un gimnasio jugando fútbol de salón, con unos pantalones deportivos que me hacían imaginar lo que habría debajo de ellos. En una oportunidad me lo crucé andando, pero ni corte que me dio, entonces nunca hubiese imaginado que sucedería lo que les contaré, ya que pensaba que lo único que le gustaba era hacerlo con mujeres.
Una noche de verano, estaba sólo en casa, mis padres habían viajado; hacía mucha calor y era tarde, cerca de la medianoche, decidí sentarme fuera a tomar un poco de aire fresco de la noche, cuando en cierto momento pasa con su camión el hombre de mis sueños, pasó frente a mi y noté que me miraba, siguió y yo me levanté de mi asiento, al llegar a la esquina dobló y yo quedé mirándole, pensé "éste ya no regresa", pero para mi sorpresa, dio toda la vuelta a la manzana y al llegar a la esquina de la calle donde yo vivía dobló nuevamente, ésta vez hacia arriba y continuo su marcha. Yo me quedé parado en la esquina pensando, "¿Para qué hizo esto si ahora se marcha?", pero en realidad no se marchó, al cruzar la otra calle, detuvo su camión. No me esperaba ésta decisión de él y sin pensarlo más, salí a su encuentro y pensaba? "No puedo perderme ésta oportunidad".
Me fui acercando hacia donde había aparcado el camión y ya cuando estaba junto a la puerta me dice "Hola, ¿Subes a dar una vuelta?" a lo que enseguida dije que sí, no me lo podía creer; subí al camión y le dije si quería venir a mi casa que estaba solo, me dijo que no, que iríamos a una casa que él tenía en las cercanías. Yo estaba en la gloria, tenía una gran excitación y un gran nerviosismo porque no sabía en que terminaría todo esto y a lo que me enfrentaría con el tremendo macho que me estaba levantando.
Hicimos algunos kilómetros y por fin llegamos a una casa, no muy cuidada pero que tenía lo necesario para follar, una buena cama. Yo no dejaba de pensar si el comentario que habían hecho de él en mi trabajo sería verdad, y ahora podría comprobarlo; los dos nos tendimos en la cama; como hacía calor no era mucha la ropa que llevábamos, él se quito el jersey y quedó al descubierto su hermoso cuerpo bien peludo con una hermosa barriga, yo comencé a acariciarle las tetillas y pasar mi mano por sus pelos, él paso su brazo por mi cuerpo y comenzó a acariciarme las nalgas buscando mi agujero con sus dedos y haciendo caricias en él, yo comencé a bajar mi mano hasta su entrepierna.
Vaya, lo que me habían contado era verdad, tenía una hermosa polla, de unos 26 cms. y bien gruesa también; él, no se si porque le gustaría pensar que estaba con una mujer y no con un hombre, apagó la luz de la habitación y se desnudó por completo, a lo que yo hice lo mismo, traté de buscar su boca para besarle pero eso no le gustó, típico del macho, así que bajé con mi boca y mi lengua recorriendo todo su cuerpo, pasé por sus tetilla, por su ombligo y cuando llegaba a su pollón me desvié y seguí por una pierna hasta sus pies.
Subí por la otra pierna, con la mano sostenía su polla mientras besaba sus cojones que también tenían un hermoso tamaño, hasta que por fin comencé a mamársela; debido al tamaño no podía meterla en mi boca sino hasta un poco más de la mitad y él se retorcía de placer, en cierto momento me dijo "No sigas mamándola que no quiero correrme en tu boca, quiero follarte", debo aclararles que éste relato es real y que fue hace unos 25 años, aún no se hablaba del SIDA por lo que me folló sin condón, cosa que ahora no haría.
Cuando me dijo esto mi corazón casi salta, no sabía que sucedería, si aguantaría tremendo pollón dentro de mí y decidí relajarme y dejar que todo sucediera como debería suceder. Me puse de costado y él se puso detrás de mí, me ensalivé el culo y él hizo lo mismo con su polla, se acercó a mi agujero y comenzó a empujar su polla hacia dentro, me dolía bastante pero estaba dispuesto a aguantar con tal de recibir al macho que tanto había deseado durante tanto tiempo, entonces me dice "Falta más de la mitad, espera creo que tengo un poco de vaselina", no se si era vaselina o grasa de camión, no me importaba en ese momento, solo quería sentir toda su polla dentro.
Se levantó y buscó en algún lugar la vaselina o grasa y regresó a la cama, se volvió a colocar detrás de mí y volvió a empujar su polla, pero esta vez, debido a la lubricación, entró toda. A él, el poder meter su polla dentro, parece que lo enloqueció, sin sacarla me colocó boca abajo, me abrió las nalgas y la enterró hasta el fondo, yo me quejaba pero esto a él parecía que le gustaba y entrando y saliendo me decía al oído "Pensaba que no me la aguantarías", y siguió follándome como un loco hasta que al poco me dice "Ahí tenés la leche de tu macho" y parecía que la metía hasta lo más profundo de mi ser mientras se corría dentro mío.
Hizo un gesto como para salir de dentro de mí y yo sujeté con mis manos sus piernas y lo hice meterse nuevamente dentro, esto parece que le gustó y sin sacar su polla, que no se había bajado para nada, seguía tan dura como al principio, me dio vuelta, me puso boca arriba, me cogió de los talones y nuevamente comenzó a bombearme, sus hermosos cojones golpeaban contra mi culo en cada embestida, yo me la meneaba y estaba a punto de correrme pero mi macho me dijo que no me corriera, que esperara, que tenía más para mí, así siguió entrando y saliendo en esa posición que no dejaba nada fuera, hasta que volvió a decirme "Toma, tu macho te está dando leche de nuevo, sentí como te hago mío putito".
Esta vez si salió de dentro, pero su polla continuaba tiesa, me dijo que me pusiera al borde de la cama que quería seguir fallándome; él de pie detrás de mi, acercó su capullo a mi culo y empujó. Volvió a meterme ese hermoso pollón hasta el fondo, esta vez sin problemas ya que mi culo estaba dilatado y lubricado con el semen de las 2 corridas anteriores; me tenía cogido de la cintura y se deslizaba hasta coger mis tetillas, sacaba casi toda su polla y volvía a entrar de un golpe, era un movimiento que me enloquecía, sentía cada centímetro de su polla.
Su mete y saca se hacía cada vez más fuerte y otra vez me dijo "¿Te gusta lo que te hace tu macho?, te voy a descargar la leche otra vez para que no te olvides de mí". Me apretó muy fuerte y empujó con todas sus fuerzas, su polla no entraba más y volvió a descargar su semen dentro de mí, fue algo increíble, 3 veces se corrió y me imagino que si hubiese pasado toda una noche con él se hubiese corrido otras tantas.
Lamentablemente todo terminó ahí, fue una noche increíble, estar con el macho que tanto quería que me follara y que se había vaciado 3 veces, fue toda una gloria, nos lavamos, nos vestimos y me trajo a mi casa, lo volví a ver unas cuantas veces, pero nunca más me dijo nada...
Me gustaría estar con un macho como él nuevamente...
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